Unas cuantas fotos de la expedición del Aeroclub a la Semana Fantástica de Lillo durante la segunda semana de julio con la que inauguramos el Tratado de Luchon, los acuerdos de correspondencia entre el Aeroclub Nimbus y el Aeroclub de Toledo (RACT).
La Mancha se unió a la fiesta y cumplió sus promesas: Techos altos, larguísimas jornadas de vuelo e incluso los ansiados cúmulos aparecieron un par de días.
Sin ser dias especialmente atómicos, los más aventajados pudieron hacer vuelos de distancia, varios 300 y hasta un 500 km.
Esta semana de vuelo la promueve desde hace varios años el RACT durante el mes de julio con estupendos resultados gracias a una excelente infraestructura, ideas claras, buena organización y ganas de volar por encima de todo. La semana de Lillo es una oportunidad para acumular experiencia, horas de vuelo y progresar, cada uno a su nivel en el vuelo de distancia, en buena compañía y en un entorno agradable y acogedor.
Lo primero, el viaje, entre 6 y 7 horas según paradas. Madrugando, llegamos a las 14:30 del sábado 7 de julio. Los expedicionarios fuimos, en varios días, Alfonso, Jesús G., Jesús R., Jordi y Luis.
Llegar, comer y a montar aviones. Ese día no volamos, el viaje y el madrugón pasaron factura. Tampoco nos animó el viento fuerte cruzado del sur que no nos abandonaría durante días tumbando las térmicas, bastante más turbulentas de lo acustumbrado por el llano, según contaban los locales.
Y empieza la rutina diaria: briefing con un par de tareas de diferentes niveles puntualmente colgadas por Angel Casado a primera hora, y a continuación todos los aviones fuera del hangar y a pista.
Sin chalecos, guardias de seguridad, ni acreditaciones, en coche de pista y usando el móvil…
Además de nuestros socios de Lillo, teníamos una numerosa presencia del Vol a Vela Igualada, con lo que las parrillas solían estar formadas por unos 20 aviones.
La primera térmica del día sobre la laguna de Longar, con varias horas por delante.
Subiendo, subiendo hasta los límites del espacio aéreo (9.500 ft QNH aprox. 2.200 m QFE) condicionado por el TMA de Madrid en toda esa zona.. .ah! la tierra es curva como podéis ver.
Jesús listo para su vuelo de suelta, como un socio más del RACT en el Puchacz . Después de la suelta, su primer vuelo finalizaría tras 4h 59 minutos… sin perder el buen humor. Al día siguiente se soltaría en el ASW 15.
Confirmado: Lós cúmulos existen en la Mancha y tiran que te c….! pulsa para ver el vídeo. La mala noticia es que la conservación de la energía también funciona aquí y las grandes ascendencias, que pueden estar muy separadas, se combinan con impresionantes descensos continuados a -5 m/s o más. Se gana altura y mucha que se puede perder muy fácilmente. Hacer distancia tampoco es sencillo en la Mancha y hay que gestionar muy bien la altura. En días azules (los más) la cosa se complica y hay que ir buscando sobre pueblos, lagunas secas, campos de instalaciones solares… Afortunadamente «casi» todos los campos son aterrizables, pero tampoco te puedes confiar y hay que elegir bien.
También tuvimos varios días azules, bajo un sol de justicia. Alfonso planificando la tarea del día… ¿un 500 ?
Uno de los puntos de viraje standard: Las Ventas con Peña Aguilera, junto a los Montes de Toledo a 80 Km al suroeste de Lillo… id tomando nota para el año próximo.
Otro de los puntos de viraje standard, tras un exceso de optimismo… eso sí, en la agricultura y el cereal hay donde elegir como se puede ver, menudo campazo.
Una vez de vuelta, el mejor momento del día: las pintas.
Las cenas diarias, cortesía de Celia.
Las copas y helados tras la cena, contando estrellas y satélites…
…así durante una semana acumulando horas, km, y como en la foto, de vez en cuando explorando nuevos campos.
Otra vez a la carretera, esta vez de vuelta a casa.
Pues el año que viene más… que 12 meses pasan rápido y a ver si nos animamos a ir en un grupo más numeroso, la salida merece la pena.
Muchas gracias a los amigos del RACT por su hospitalidad, y ¡nos vemos en Benabarre en agosto!