Esta maravilla, uno de los veleros más elegantes jamás construidos, es el último exponente de la clase open hecho en madera, y durante años posiblemente lo mejor que se podía conseguir con dinero. Impecable a pesar del material de construcción y de ser del año 1966, lo vimos ayer en Santa Cilia dispuesto para el remolque.
El origen del SHK es el Standard Austria, un velero que encargó el Aero Club de Austria en 1959 para la clase estándar. La construcción tradicional en madera con un larguero principal y costillas, con enchapado por secciones, no era adecuada para los nuevos perfiles laminares ya que con el tiempo inevitablemente perdían características al secarse la madera y ondularse. El diseñador Rudiger Kunz probó un método diferente que demostró que con madera era posible conseguir una estructura muy exacta para que los perfiles laminares dieran su mejor rendimiento y a la vez mantenerse estable con el paso del tiempo.
Un Standard Austria
Había un larguero de laminado de haya que iba disminuyendo la sección hasta desaparecer a sólo 2,4 m de envergadura. Las cargas se distribuían por 18 larguerillos distribuídos por toda la sección alar y a lo largo de la envergadura, y por unos recubrimientos de contrachapado de 2,5 mm de una sola pieza recubiertos de resina epoxy por ambas caras y de fibra de vidrio por la exterior. Estas «pieles» se pegaban sobre la estructura de costillas de madera y larguerillos en unas grandes plantillas metálicas. Los mandos estaban instalados previamente y luego se recortaban las superficies de mando. Cuando el pegamento estaba seco se retiraba la plantilla-guía metálica. Quedaba un ala muy resistente, con un acabado muy bueno y duradero, incluso a pesar de los cambios en la temperatura y humedad. A sus 46 años, Juliett Zulu está desde luego estupendo para ser un velero de madera.
El fuselaje también se construía de contrachapado en moldes, aunque la parte de la cabina era de fibra de vidrio y poliéster. Otra característica peculiar era la cola en uve de madera y tela, que tenía un ingenioso mecanismo mezclador para manejarla con unos pedales y palanca habituales.
El Standard Austria ganó el premio de diseño OSTIV de 1960 y empezaron a construirlo el Aeroclub de Viena. Pero rápidamente se dieron cuenta de que no tenían capacidad de producción, con lo que llegaron a un acuerdo con la compañía Schemmp-Hirth, que empezó a fabricarlos con licencia (Austria SH). De este velero se consturyeron en total 84 ejemplares en varias versiones y tuvo bastante éxito. En 1963 se consiguió por ejemplo un récord de distancia con 733 km. El velero tenía unas características de vuelo muy buenas y un respetable planeo de 1:34.
La característica cola en V con los grandes compensadores y las masas externas de balance en las puntas
Martin Schempp, jefe de la compañía Schempp-Hirth, decidió en 1964 que necesitaba un avión mejor que el Standard Austria, y encargó a un joven diseñador llamado Klaus Holighaus que revisara el diseño. Holighaus era el más joven de un grupo de 4 estudiantes de la Akaflieg Darmstadt que acababan de desarrollar el impresionante Darmstadt D-36 Circe, uno de los revolucionarios veleros construidos en plástico que iban a cambiar por entero el panorama del vuelo a vela. Los otros se llamaban Wolf Lemke, Gerhard Waibel y Heiko Freiss. Todos ellos pasarían a ser diseñadores famosos en los años siguientes.
Holighaus conservó el planteamiento general del Austria SH y el método de construcción. Se alargó la envergadura a 17 metros e inicialmente se conservó el mismo fuselaje con superficies de cola agrandadas. Los vuelos de prueba fueron bien hasta que al probar con el centro de gravedad en su posición más atrasada el avión entró en barrena. A punto de saltar Schempp (que era el piloto), la barrena se corrigió por sí sola. Esto llevó a cambiar el fuselaje por uno ligeramente más largo, las superficies de cola más grandes y la cabina revisada. A partir de entonces no hubo más problemas.
La construcción de un SHK
Aterrizando con paracaídas
El SHK rápidamente se estableció como un velero sobresaliente para el vuelo de competición. Con un planeo de 1:38 probablemente ha sido el mejor velero construido en madera, y desde luego lo mejor que se podía comprar de fábrica en aquella época. Tuvo bastante éxito en competición, pero para 1968 los veleros de plástico ya estaban cambiando el vuelo a vela. Se construyeron 59 de 1965 a 1968 y la mayor parte de ellos siguen en vuelo.
Bonito y moderno
En su momento hubo mucha discusión sobre las colas en V. Según Derek Piggott, el conocido piloto de velero inglés, el SHK está muy conseguido en este aspecto y las cualidades de mando son excelentes para su época. Prácticamente no se nota nada especial respecto a un velero con planos de cola habituales, aunque sí que se produce un ligero cabeceo al accionar el timón. La discusión sobre si las dos superficies de cola suponen menos resistencia parte de que sólo hay dos raíces para generar interferencias con el fuselaje y sólo dos puntas para generar vórtices. Pero el hecho es que los veleros modernos tienen todos colas tradicionales.
Para terminar, si alguien se anima hay uno en venta en la actualidad en el Segelflug. Es el nº 56 de serie, sólo tiene 1600 horas y piden 7.500 euros con remolque (abierto), aunque hay que ir a buscarlo a Italia. Un pedazo de avión por no mucho dinero…
El SHK