Se describe la téncnica de arranque de un motor de avión, a mano
La mayor parte de los ultraligeros y avionetas modernas están equipados con arranque eléctrico. Sin embargo, es imprescindible saber mover una hélice a mano con dos propósitos fundamentales: como parte de la inspección prevuelo, y para poder arrancar el motor si no tiene motor eléctrico de arranque o éste falla. Ambas cosas requieren entrenamiento, pero especialmente la segunda es conveniente practicarla después de un aprendizaje con alguien experimentado.
Muchos ultraligeros que no disponen de arranque eléctrico tienen un dispositivo de arranque de volante y cuerda enrrollada (como los motores “fuera-borda”), con el que normalmente se arranca sin problemas. Sin embargo, sigue siendo importante girar la hélice en la inspección prevuelo y puede llegar a ser necesario arrancar el motor girando la hélice directamente, por rotura de este dispositivo u otras razones.
1) Mover la hélice como parte de la inspección prevuelo
Dentro de la inspección prevuelo es muy importante mover con suavidad la hélice del motor varias vueltas. Esto ayuda a “despegar” los cilindros y válvulas, hace circular el aceite por el motor, y retira los restos de aceite que se hayan podido acumular en los cilindros. Tan fundamental es este procedimiento, que si se aplica el motor de arranque a un motor con un cilindro con suficiente aceite en su interior, se puede doblar una biela o destrozar las válvulas, ya que el aceite no es compresible.
Los motores radiales y los invertidos en línea son especialmente sensibles a esto, ya que el aceite tiende a acumularse en los cilindros inferiores. Por ello, dentro del chequeo prevuelo se dan tantas vueltas completas a la hélice como cilindros tiene el motor, verificando siempre primero lo siguiente:
– Freno de aparcamiento puesto (o mejor calzos puestos).
– Magnetos o encendido cortado.
– Gases cortados.
– Mezcla cortada o gasolina cortada.
Recuerde que aunque el sistema de encendido esté teóricamente inactivo puede que no sea así: TRATE SIEMPRE LAS HÉLICES COMO SI FUERAN A ARRANCAR EN CUALQUIER MOMENTO.
2) Arrancar un motor de hélice a mano
Si lo que se desea es arrancar el motor a mano, es imprescindible adoptar una serie de precauciones y tener clara la técnica para esta operación, que si se hace mal es potencialmente muy peligrosa. Si se hace correctamente y con seguridad no ofrece problemas: generaciones de pilotos y mecánicos han arrancado motores mano, en su día era todo un arte.
Coloque el avión de tal manera que al arrancar no arroje polvo o piedras a otras personas o aviones de detrás. El terreno donde se coloca la persona que hace girar la hélice debe ser firme y evitar resbalones: sin barro, hielo, gravilla o agua. Aunque sepa que los frenos del avión son efectivos, utilice siempre calzos.
Para arrancar el avión a mano es imprescindible un equipo de dos personas que denominaremos “mecánico” (el que hace girar a mano la hélice) y “piloto” (el que se situa en la cabina y controla los mandos). Piloto y mecánico deben usar pocas palabras previamente convenidas, para evitar equívocos. El que dirije la operación es el mecánico, y sus instrucciones se repiten por el piloto.
La operación es como sigue:
– Mecánico: “calzos puestos, encendido fuera, gasolina abierta, gases cortados”.
– Piloto: “calzos puestos, encendido fuera, gasolina abierta, gases cortados”. Comprobar cada cosa cuando se repite.
El mecánico en este momento dará unas vueltas a la hélice para cebar el motor si está frío. Esto puede no ser necesario para motores calientes.
– Mecánico: “gases 1/3, contacto”.
– Piloto: “gases 1/3, contacto”. El piloto abre la palanca de gases (normalmente 1/3) y conecta las magnetos o el encendido. Determinados motores arrancan mejor si se conecta sólo una magneto (normalmente la izquierda) y también se reduce el riesgo de que arranque al revés.
En este momento el motor estará listo para arrancar, y el mecánico se situará en la posición correcta para impulsar con energía la hélice. Esta posición dependerá del sentido de giro de la hélice y de la posición del motor. Visto desde arriba, la línea de los hombros del mecánico formará un ángulo de 45º con el plano de rotación de la hélice. El mecánico se colocará en el lado en el que bajen las palas de la hélice, accionando la pala de arriba a abajo. Es siempre preferible colocarse delante del motor (dejando la hélice entre el motor y el mecánico) que al lado del motor, aunque esto suponga impulsar la hélice con la mano izquierda.
Para la seguridad del mecánico es imprescindible:
1) No llevar ropa suelta que se enganche en la hélice, como cazadora sin abrochar, bufandas, gorras, etc.
2) Utilizar un guante viejo, especialmente si la hélice es metálica.
3) No rodear con los dedos el borde de salida de la hélice. Si el motor arranca al revés (“cocea”) se los puede cortar. Curve ligeramente los dedos por el borde de salida, lo suficiente para tener tracción.
4) Impulse la pala de la hélice con energía, de arriba a abajo y de tal manera que al bajar a través de la compresión, se retire la mano hacia afuera del plano de rotación de la hélice. Al mismo tiempo, transfiera el peso del cuerpo de la pierna que está más cerca de la hélice a la que está hacia afuera, retirándose. Repita la operación con decisión, hasta que el motor arranque.
5) Si la hélice queda situada en una posición intermedia, diga “encendido fuera” y mueva con cuidado la hélice hasta la posición de partida.
Al arrancar el motor, si se ha hecho con una sola magneto, recuerde conectar las dos. De todas maneras, dentro de los chequeos antes del despegue se harán las comprobaciones habituales, que incluyen la prueba de magnetos.
¿Qué pasa si el motor no arranca? Si no hay averías en el motor, las razones más habituales son las siguientes:
– El motor está muy frío y no ha llegado suficiente gasolina: cebar más el motor antes de intentarlo de nuevo.
– El motor está caliente: puede resultar difícil arrancar un motor caliente, porque la admisión se llena de vapor de combustible y no hay suficiente aire para que la mezcla demasiado rica queme. Puede incluso haber combustible en exceso para mojar los electrodos de las bujías, haciendo imposible que salte la chispa. Esto es más fácil que suceda en motores invertidos. Para ello hay que purgar los cilindros:
– Mecánico: “Encendido fuera, gases abiertos a tope”
– Piloto: “Encendido fuera, gases abiertos a tope” (comprobar).
El mecánico mueve entonces la hélice dos vueltas en el sentido contrario de giro, para expulsar la mezcla demasiado rica. A continuación se vuelve al procedimiento normal.
Aspectos importantes a recordar:
– No “apriete” la hélice contra compresión antes de cada impulso. De esta manera se pierde la compresión: es mejor girar con decisión la hélice sin más.
– No haga girar el motor con los gases abiertos y el encendido fuera: puede ahogarlo.
– No haga quitar al piloto el encendido en cada intento de arranque fallido (a menos que sea necesario porque la hélice se ha quedado detenida en medio de una compresión). Lo único que conseguirá es accionar más veces de las necesarias los interruptores, y puede llegar a una situación de confusión sobre si el motor está listo para arrancar o no.
– No utilice términos que lleven a confusión, como encendido sí/encendido no, o contacto sí/contacto no. El motivo de usar las expresiones “encendido fuera” para indicar que no está activo el sistema de encendido, y “contacto” para cuando está activo, es porque son completamente distintas y no dan lugar a equívocos. Es fundamental que ambas personas sepan claramente cuando el motor está seguro o cuando puede arrancar.
– No haga movimientos extraños o exagerados: plántese firmemente sobre las dos piernas en la posición adecuada y al girar la hélice lleve el peso del cuerpo alejándose de la hélice.
– Sobre todo: TRATE SIEMPRE LA HÉLICE COMO SI FUERA A ARRANCAR EN CUALQUIER MOMENTO. Aunque esté cortado el encendido, el sistema puede estar activo, y un pequeño movimiento de la hélice puede poner en marcha el motor: está pensado para que suceda así.
Para terminar, un poco de historia: muchos entrenadores básicos de la historia de la aviación no tenían sistema eléctrico alguno, como la CASA-Bücker 131 Jungmann y el De Havilland DH82 Tiger Moth. Sus motores de potencia modesta (125 CV) se arrancaban a mano de manera rutinaria. Pero aviones con motores mucho más grandes se han arrancado también a mano, utilizando el esfuerzo coordinado de un equipo de tierra formado por hasta 4 personas. Se puede ver hoy todavía, por ejemplo en las exhibiciones del aeródromo de Old Warden (Inglaterra), como el equipo de tierra arranca a mano el motor radial Bristol Mercury de 700 CV de un Gloster Gladiator…
Juan Pablo Alonso